viernes, mayo 15, 2009

Las tres crisis del periodismo cultural

La "banalización de los medios", la situación económica y la pérdida de peso de la información cultural, a debate en la feria

BLAS FERNÁNDEZ / SEVILLA | ACTUALIZADO 16.05.2009 - 05:00
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La escritora Ángeles Caso observa al periodista Jesús Vigorra durante su alegato a favor del periodismo cultural.

¿Crisis en el periodismo cultural? ¿Doble crisis? No, espere... ¡Triple crisis! A la general se suma la incógnita de la relación de la prensa impresa, que no escrita, con internet -ese inevitable cambio en el modelo de negocio aún por resolver- y, a ambos elementos, una "crisis de moral", un pesimismo justificado que se adueña de la profesión. El triplete lo sirvió ayer Guillermo Altares, redactor jefe deBabelia, durante la mesa redonda Cuéntame un libro. Información, crítica y difusión, incluida en la Jornada Periodismo y Literatura programada por la Feria del Libro.

No, no tenía mucho que ver con el lema de la convocatoria, pero el monotema periodístico de nuestros días, como su denominación implica, se convirtió en el objeto de discusión dominante de éste y del resto de foros convocados por la mañana en la carpa -por la tarde, en ¿Existe un periodismo literario? Pasado, presente y futuro, también surgió, pero de manera un tanto más relajada-.

La primera cita era con la recién creada Asociación de Periodistas Culturales de Andalucía José María Bernáldez, organizadora de la jornada, que aprovechaba la ocasión para presentarse en la ciudad. Su presidente, el periodista radiofónico Manuel Pedraz, recordó que la idea brotó justo hace un año en la Feria del Libro de Sevilla, aquella que vio morir al pie del cañón al impulsor y director del programa de Canal Sur TV Al sur. Sin el acicate de Bernáldez, vino a decir Pedraz, "aún estaríamos hablando del sexo de los ángeles en torno a San Gambrinus".

Porque la asociación "nace en un momento especialmente delicado" parece, precisamente, más necesaria. "Cuando se trata de unirnos para arreglar un poco nuestro sector, que sigue manga por hombro, solemos demostrar una torpeza crónica y peligrosa", afirmó antes de recordar que "las secciones de cultura son las que más están sufriendo la dichosa crisis en los medios. Están menguando, cuando no desapareciendo".

A su lado, Mónica Fernández, subdirectora general del Libro del Ministerio de Cultura, anunciaba la creación de un Premio Nacional de Periodismo Cultural "a semejanza del Nacional de Literatura y con la misma dotación", algo es algo, y remarcaba la necesidad de gente con oficio. "Cuando existe un acceso tan fácil a la información es importante tener a profesionales capaces de guiarnos y hacernos distinguir entre cultura y entretenimiento", consideró.

La segunda convocatoria, tras la emocionada lectura de un texto de José María Bernáldez por parte de su hija Emilia, era una conferencia sobre periodismo y literatura a cargo de Ángeles Caso. El encargado de presentarla era el periodista de Canal Sur Jesús Vigorra. Y se calentó: "La cultura sólo está presente en las portadas de los periódicos cuando se muere alguien, cuando se concede un premio importante o cuando los Reyes inauguran algo", aseveró, denunciando al tiempo "la banalización de los medios" en pos de la audiencia. La propia Caso no esquivó el monotema y recaló de largo en él antes de pasar a otros menesteres, señalando a "la cultura como víctima fácil de todo lo que está sucediendo".

La tercera y última cita, la apuntada al comienzo de esta crónica y moderada por Eva Díaz Pérez, fue la más prolija en reflexiones y actos de voluntarismo. Sergio Vila San Juan, coordinador del suplemento Cultura/s de La Vanguardia, recordó la relativa juventud del periodismo cultural español -dató su nacimiento en la llegada de la democracia- y apuntó excelsos ejemplos de proyección cimentados en la calidad: la ex periodista de The New Yorker Janet Malcolm -autora de una serie de brillantes reportajes luego convertidos en libros- y el galo Pierre Assouline -la firma tras el blog de Le Monde Le République des Livres, uno de los más leídos de la francofonía-. Altares, por su parte, reconoció la evidencia -"nos vienen tiempos muy duros"-, pero intentó encender algún faro. "The Economist va bien y en Francia triunfa una revista trimestral en papel como 21, que sólo se vende en librerías y que está dedicada a ese periodismo que ya no cabe en los periódicos: el gran reportaje largo".

Nahir Gutiérrez, jefa de prensa de Seix Barral, habló de la dificultad de vender a sus autores y de cómo se le cae el alma a los pies cada vez que, con mayor frecuencia, recibe el correo de despedida de otro periodista despedido. Fernando Iwasaki, sarcástico y lúcido, puso la guinda: "Si José María Bernáldez estuviera aquí, se estaría riendo".

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